Capítulo 18: Plague, hogar de War, España.

Llevo una hora como mínimo dando vueltas en la cama, cambiado de postura cada dos por tres para tratar de conciliar el sueño, pero no lo consigo.
El motivo principal es que soy incapaz de dejar de pensar en el movimiento de Gabriel. Se teletransporta, y varias veces por segundo, a lugares totalmente dispares. Intento ser optimista al respecto porque existe la ínfima probabilidad de que aparezca de pronto ante nuestras narices y seamos capaces de atraparle, pero es una posibilidad diminuta.
Y por otro lado está lo que preguntó War a gritos. Esa pregunta sin respuesta, esa pregunta que todos creo nos hicimos: “¿Qué clase de maníaco es capaz de diseñar una misión así?”
Su grito resuena en mi cabeza una y otra vez, porque tiene razón. Está claro que ese movimiento es algo puramente programado, y eso hace prácticamente imposible encontrar a Gabriel. Me hace preguntarme si habrá más misiones después de esa, si la intención de los programadores es precisamente no pasar la misión, si es algún modo de mantener adicta a la gente.
No lo sé. Mi cabeza da vueltas, tengo los ojos hinchados y muchísimo sueño.
Pero soy incapaz de dormir.
Me sorbo los mocos, que han aparecido en mi nariz tras la llorera y, al parecer, con la intención de quedarse ahí un buen rato; y me pongo una brazo sobre la frente.
Abro los ojos y descubro la austera habitación apenas iluminada por los rayos de luna que entran por la ventana. He traído conmigo un peluche que me regalaron de pequeña, que también es iluminado así, haciendo que su pelaje castaño parezca grisáceo. Le suelo poner en una esquina de la cama porque mirarle me tranquiliza, hace que me sienta protegida, segura.
No tengo nada a lo que temer, en realidad, pero su presencia me hace sentir mejor.
Aunque creo que hoy sí que hay cosas que temer. Temo no poder completar la misión jamás, temo que el último mes haya sido inútil, temo conocer más sobre Gabriel y sobre el propio juego, temo descubrir otras verdades tan difíciles de aceptar.
Vuelvo a sorberme los mocos y entonces me empieza a picar la nariz. Arrugo la cara y miro a la escasa y fría luz de la luna hasta que consigo estornudar. Luego me paso el dorso de la mano por debajo de la nariz y decido que voy a ir al baño a por algo de papel higiénico, a ver si consigo sonarme.
Justo cuando pongo los pies en el suelo, oigo que la puerta de la habitación de al lado, que es la de Héctor, se abre. Sus pasos, apresurados, recorren el pasillo y llegan a otra habitación en la que ni si quiera enciende la luz.
Frunzo el ceño, preocupada, y me levanto. Abro la puerta de mi cuarto, saliendo al pasillo, dónde oigo que alguien vomita, y sé que es Héctor.
Mi corazón parece sentirse de pronto oprimido, así que voy al baño y, entre sombras, le veo agachado frente al váter. Enciendo la luz y me acerco a él, que viste únicamente con unos pantalones.
Su flaco pero sorprendentemente musculado cuerpo se tensa ante el vómito. Su torso se encoje sobre sí mismo y sus manos aprietan con fuerza la taza del inodoro.
Me mojo las manos con agua fresca y luego me arrodillo a su lado. Le cojo todo el pelo con suavidad pero rapidez para que no se le manche, y luego le pongo una de las manos en la frente, mientras hago sonidos de arrullo con la boca para calmarle.
Paso a su lado todo el tiempo hasta que termina de vomitar. Recupera el aliento lentamente y luego me pide una toalla. Le acerco una y se limpia la boca, para luego tirar de la cadena.
Le suelto el pelo mientras se incorpora, quedándose sentado en el suelo. No me mira, sino que se dedica a mirar al frente. Sus ojos de color miel están acuosos, su frente empapada en sudor, y le sangra una herida de los labios.
Se levanta sin mediar palabra y se lava los dientes. Yo aprovecho para coger algo de papel higiénico y sonarme los mocos, que era lo que había venido a hacer en principio.
Después Héctor me pide que le acompañe a la cocina, donde se toma un par de lonchas de jamón york y luego se traga con resignación una pastilla de las grandes.
Me sorprende que todavía necesite agua para tomar pastillas. Yo me acostumbré a hacerlas pasar por mi garganta sin ayuda de nada hace años. Supongo que él no lleva tanto tiempo tomándolas, o quizá sea más sensible. No lo sé.
Cuando termina se va de la cocina. No me dice nada, pero espera a que le siga quedándose quieto en el umbral de la puerta, así que sin problemas voy tras él, que en cuanto salgo apaga la luz.
En el salón no nos hace falta encenderla porque se ve suficiente con la iluminación de la ciudad y de nuestro satélite.
Héctor se sienta en el sofá, recostándose y echando la cabeza hacia atrás, mirando al techo con el ceño fruncido. Parece enfadado con algo, y yo ya no tengo sueño, así que me siento a su lado subiendo ambas piernas al sofá.
Tras unos segundos, me dice sin mirarme:
- Estoy tan sumamente cansado de esto, Rut. De esta enfermedad incurable. De las dietas, del dolor constante en garganta, boca y labios. De mi cuerpo cochambroso – entonces me mira con gesto cansado y añade – Doy asco.
Niego con la cabeza, dispuesta a decir algo, pero él acaricia mi cabello, ahora mismo suelto y enredado, y dice:
- Tú, sin embargo, eres tan perfecta.
Desliza su mirada por mi rostro, fijándose en algún pequeño detalle. Aprovecho y tomo la mano con la que me acaricia. La voy moviendo lentamente por mi cara, dejando que las yemas de sus dedos sientan la suavidad de la piel y la dureza de los huesos que se ocultan tras ella, hasta llegar a mis ojeras.
Hago que las palpe y luego vuelvo a mover su mano hasta mi clavícula, demasiado marcada para mi gusto, y después a mis costillas, que sobresalen más de lo normal. De ahí le llevo a mi muñeca, tan estrecha que temo que se parta en cualquier momento, y hago que la rodee con la mano para que se dé cuenta de ello.
- No lo soy – digo, habiéndole mostrado así varios de mis defectos.
- Para mí sí lo eres – responde él, levantando la cabeza y hundiendo su mirada en la mía.
Desvío los ojos hacia la izquierda, sintiéndome un tanto vergonzosa, pero aún así veo que se acerca a mí. Vuelvo a mirarle, notando mi corazón acelerarse, y veo que sus ojos miran hacia mis labios.
Entrelazo mis dedos con los suyos, tragando saliva al mismo tiempo para tratar de controlar mi pulso, para darme fuerzas para seguir adelante, para quitarme nervios de encima.
Me acerco un poco más a él, que responde haciendo lo mismo. En principio no apartamos la mirada de los ojos del otro, pero llega un momento en que todo se difumina y tengo que bajar la mirada hacia su boca, entreabierta, expectante, herida. Como él.
Luego ya no me queda más que cerrar los ojos. Ladeo la cabeza y pronto siento su respiración chocar contra mi piel, para notar menos de un segundo después la suavidad de sus labios al tocar los míos.
Nos unimos con lentitud en un beso templado, suave. Apenas nos atrevemos a ir más allá de apretar nuestras bocas. Tomo su labio inferior entre los míos, haciendo un movimiento de mandíbula al que él responde, siguiéndome el ritmo.
Respiro por la nariz justo antes de notar el roce de su lengua, que va inmediatamente seguido por otro mío, hasta que las dos empiezan a juntarse, a mecerse en un baile de giros, de caricias.
Héctor me recorre el costillar con un dedo hasta llegar a mi cadera, donde deja reposada la mano. Por mi parte, elevo una mano a su nuca y le empujo hacia mí, apretando más nuestras bocas, ansiando un beso más profundo.
Entonces, noto el sabor de la sangre.
Héctor se aparta bruscamente, rompiendo con la magia del momento, obligándome a volver a sentir el sofá y a abrir los ojos para observar cómo se lame el sangrante labio inferior.
- Lo siento – dice, avergonzado.
- No me importa – respondo, sonriendo, para luego besarle nuevamente.
Aún así, el insiste en sanarse el labio, así que vuelve al baño; y aunque yo habría preferido seguir sintiendo sus besos, acepto esto. Me tumbo en el sofá, suspirando, sintiendo el corazón lleno de alegría, y deseando que las heridas de Héctor se sanen para volver a besarle.

Sin darme cuenta, caigo dormida con una sonrisa en los labios.

....................

Oooooh, qué boniiiito... xDDD
En fin, moñerías a parte, aquí tenéis el capítulo de hoy ^^
Espero que os haya gustado y tal.
Obviamente los del dibujo son Hunger y Plague, y espero que sepáis diferenciarlos, pero aún así os lo diré: el de la izquierda es Hunger y la de la derecha, Plague xD
Mmmm... no sé si tengo algo más que comentaros...
¡Ah, sí!
He hecho un concurso que podría interesaros si tenéis blog o a algún conocido que lo tenga, así que os dejo el link para más información AQUÍ.
Eso por un lado, y por el otro, avisaros que el próximo capítulo quizá esté un poco mal :S 
Es muy complicado de escribir, supongo que ya veréis por qué, pero aún así daré lo mejor de mí misma para que quede de la mejor manera posible y ofreceros algo de calidad.
Y por último, mañana, por fin, TERMINO SELECTIVIDAD.
(Fiiiiieeeeeesssshhhhhtaaaaa)
Así que mañana empiezo las vacaciones, LOL xD
Eeeen fin, muchísimas gracias a Pao D'Cid, Cgm, Sara Menéndez, Dolores Enima Neag y Cristina Mesa Suárez (la cual debería comentar más si gusta ;) ) por haber comentado el capítulo anterior ^^ Sois estupendas todas, de verdad os lo digo :3
¡Un besote y nos leemos al miércoles que viene!

6 comentarios:

  1. Awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww *W* Qué lindos son! O como dicen allá en España, ¡qué monos! Jaja, en fin, me encantó. Con lo del siguiente, estoy segura que será genial. No creo que puedas escribir algo remotamente malo ni aunque quisieras xD
    Ya mismo veo lo de los concursos :D
    Ah, y suerte con lo de selectividad (aunque no tengo ni la más remota idea de qué es eso, pero igual :S)
    -Pao

    ResponderEliminar
  2. Ay, qué cuquis <3 si es que los veo por la calle, los abrazo y ya no los suelto
    Ya he visto los concursis, pero en el primero deberías poner sólo principiantes porque está tirado
    Estoy de acuerdo con Pao, tú no sabes escribir mal

    ResponderEliminar
  3. Qué moooonooooos!!!! :) Me encanta
    Espero que te haya ido bien la Selectividad

    ResponderEliminar
  4. me encantaaaaa!!esos dos la pareja perfectaa!!que suertee la tuya que has acabado los exámenes porque a mi me quedan muchos:((pero no pasa naa...el dibujo precioso:D y seguro que te saldrá bien el próximo capítulo:)como todos:P sigue así!!bss:)

    ResponderEliminar
  5. Ya que insistes tanto en que comente más porque te hace feliz y mucha ilusión, pueeeees... lo voy a hacer porque no quiero que mi fan nº1 se quede sin ese premio tan maravilloso (?) xD Sé que me amas, no lo niegues!!! xD
    A lo que iba... JOLÍN, QUE ADORABLEMENTE MONOS SON ESTOS DOS *-* Me encanta la parejita que hacen, son taaaaan cucos! :3
    (Sinceramente, por alguna extraña razón, me recuerdan bastante a Deivid y a mí, ya te contaré por qué cuando quedemos o charlemos por fb ^^)
    Y... eso! He mirado lo de los concursillos: me molan un cachete, así que intentaré participar en alguno, pero hasta el viernes naaaaadaaaaa, que el jueves tengo el último examen. T_T
    Besotes enormes, bichín!
    PD: ESCRIBE MÁS. QUIERO MÁS. DATE PRISA. TARDAS MUCHO. Y ME DAN GANAS DE DFGDGHHFGHFGHGFHMATARDFGSDFHGHF. Con amor y sin presión alguna. :)

    ResponderEliminar
  6. ¡Plunger!Plunger¡Plunger! aaww ^^ No puedo ser más FELIZ...I LOVE PLUNGER

    ResponderEliminar

Sé respetuoso o te tiraré tomates ò___ó